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Title: Enfoque UTE
Abbreviated Title: Enfoque UTE
ISSN (electronic): 1390-6542
Publisher: Universidad UTE (Quito, Ecuador)
Las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo desempeñan un papel importante en los
procesos y las condiciones de crecimiento de las plantas, y constituyen el soporte fundamental
de la producción agrícola (Ferry et al., 2022). No obstante, el suelo es probablemente uno de los
recursos naturales más vulnerables a los efectos antropogénicos de la agricultura (Pradhan et
al., 2020). Entre los efectos significativos se destaca la pérdida de la fertilidad del suelo, la cual
se refleja en el bajo rendimiento de la producción agrícola, especialmente en plantas de alta
demanda nutricional como el banano (Musa AAA) (Abagale et al., 2019).
El banano es una planta herbácea climatérica que se cosecha por una sola ocasión y,
por tanto, demanda de una gran cantidad de nutrientes por hectárea, lo cual se refleja en la
extracción de compuestos en la fruta de 400, 125 y 15 kg/ha/año de potasio (K), nitrógeno (N) y
fósforo (P) respectivamente (Villaseñor, Prado et al., 2020). Para devolver estos nutrientes, se
debe tener en cuenta las tres etapas fenológicas de la planta (tabla 1):
1. La fase infantil, donde aparecen los hijuelos a los lados de la planta madre (figura 1a).
2. La fase juvenil, que se cuenta a partir de la hoja F10 (primera hoja funcional) y continúa
hasta llegar a la hoja Fm (inicio de la autonomía de la planta (figura 1b).
3. La fase reproductiva que inicia con la brotación de la flora (figura 1c) y posterior llenado
del fruto (figura 1d) que al cabo de entre 11 a 14 semanas se cosecha (Segura et al.,
2015).
Nota: Figura a: fase infantil; figura b: fase juvenil; figura c: fase de reproducción brote de inflorescencia; figura d: fase de reproducción y llenado del fruto.
Para el Ecuador, el banano es el cultivo de mayor importancia económica. La superficie
cultivada se estima en aproximadamente en 196 673 ha (Vásquez-Castillo et al., 2019). Si bien
una gran parte del área bananera ha sido sembrada sin base en estudios previos del terreno,
las plantaciones se encuentran sobre suelos aptos para la agricultura como los de textura
francoarenosa, francoarcillosa, francoarcillo limosa y francolimosa que se caracterizan por ser
permeables, condición fundamental para una buena producción de banano (Din et al. 2018; Villaseñor, Noblecilla-Romero et al., 2020). Sin embargo, el uso continuo de fertilizantes sintéticos
para suplir la demanda nutricional de las plantas ocasiona su degradación, por lo que es urgente
aplicar enmiendas orgánicas para incrementar la retención hídrica, mejorar la disponibilidad de
nutrientes e incrementar la actividad biológica del suelo (Villaseñor, Prado et al., 2020).
La aplicación de abonos orgánicos, como el estiércol de animales, era una práctica agrícola tradicional que permitió una menor degradación del suelo antes de utilizar los fertilizantes
sintéticos empleados para lograr una alta producción en los cultivos (Paungfoo-Lonhienne et
al., 2019) No obstante, en las últimas décadas, el interés por los abonos orgánicos en el crecimiento de las plantas ha recibido una renovada atención (Zhang et al., 2020). Esto se debe
a que los abonos orgánicos no solo suministran nutrientes, sino que también tienen efectos
positivos en las propiedades del suelo gracias a su contenido de materia orgánica, que es un
factor clave para los procesos biológicos y el ciclo de los nutrientes entre el suelo y las plantas
(Paungfoo-Lonhienne et al., 2019). Otros tipos de abonos como el humus de lombrices y los desechos vegetales compostados también mejoran las propiedades del suelo, así como (Mago et
al., 2021) los biofermentos en combinación con microorganismos beneficiosos como el hongo
Trichoderma spp. (González-Marquetti et al., 2020).
Un abono orgánico que mejora las condiciones de los suelos bananeros es el biocarbón,
también denominado carbón vegetal o biochar, que se produce mediante la degradación termoquímica de la biomasa, en un entorno de oxígeno limitado, a través del proceso de pirólisis (Pradhan et al., 2020). El biocarbón es quizá la forma más recalcitrante de materia orgánica que se
puede agregar al suelo. Por su naturaleza altamente porosa y elevada superficie específica, es
un excelente medio para mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo (Cornelissen et al., 2018). Algunos autores recomiendan para mejorar el efecto del biocarbón combinar
con biofermentos, también conocidos como bioles, a los que se agrega Trichoderma spp., para
generar una simbiosis en beneficio del suelo y de las plantas (González-Marquetti et al., 2020).
El creciente interés por estudiar enmiendas que mejoren los suelos bananeros, sumado a
la búsqueda de alternativas para incrementar la producción, ha motivado este estudio. El objetivo es comparar los efectos de un biocarbón obtenido de la mazorca de cacao, en combinación
de un biofermento + Trichoderma spp., en el crecimiento vegetativo de plantas de banano en
dos fincas (ubicadas en la provincia de El Oro, Ecuador) con distintos manejos.
2.1 Descripción de la zona de estudio
El estudio se realizó de diciembre de 2019 a julio de 2020 en dos plantaciones de banano cultivadas con el clon Gran Cavendish (Musa AAA), en la provincia de El Oro, Ecuador. La primera finca
seleccionada se ubica en El Porvenir, cantón El Guabo, entre las siguientes coordenadas geográficas: 3º14’20”S 79º49’45”O. La finca cuenta con un manejo de agricultura orgánica desde 2018y se la designó como finca orgánica (FO).
La segunda finca está ubicada en Lautaro Sánchez, cantón Arenillas, entre las siguientes
coordenadas geográficas: latitud: 3°33’0” S, longitud: 80°3’36” O a 15 msnm. Esta plantación
fue asignada como finca convencional (FC).
En los sitios donde se encuentran las fincas, los suelos son de origen aluvial, orden alfisol
y la clase textural predominante es francoarenosa. El clima se clasifica como megatérmico
seco a semihúmedo. Presenta una estación seca (de mayo a diciembre) y una húmeda, ambas
bien definidas. La mayor precipitación media mensual 550 mm se registra entre los meses de
enero a abril, y el promedio de temperaturas anuales en la estación húmeda bordean los 25 a
30 °C (Luna-Romero et al., 2018).
2.2 Obtención del biocarbón y cálculo de las dosis
Para obtener biocarbón, se recolectó la cáscara de la mazorca de cacao recién cosechada
(biomasa). La biomasa fue colocada sobre un plástico negro y se secó en un lugar abierto y
despejado por varios días. Luego, la biomasa seca fue depositada en un horno de doble fondo
a una temperatura de incineración entre 300 a 350 °C durante 2 horas. A continuación, se la
dejó enfriar por 24 horas para triturar varias veces en un molino casero hasta obtener un polvo.
Finalmente, el polvo pasó por un tamiz de 2 mm (Marín Armijos et al., 2018).
Para conocer el nivel de alcalinidad del producto obtenido, se tomó 10 g de biocarbón y se
midió en agua (relación 1:2.5), y se leyó en un conductímetro (Hanna, modelo Hi5222-1, Rumania).
Para determinar el porcentaje de carbón obtenido de los residuos, se dividió el peso del carbón
vegetal y el peso de la biomasa seca, y se multiplicó por 100 (Ecuación 1) (Ekpete et al., 2017).
% Carbón = (Peso del carbón vegetal/Peso de la biomasa) *100 (1)
Al no encontrar una referencia de dosis óptima de biocarbón obtenido de mazorca de cacao para utilizarla en suelos francoarenosos para banano, se tomó como referencia la ecuación
(2) recomendada por Pérez Salas et al. (2013). Para determinar la cantidad de biocarbón por
planta, se calculó el peso del suelo de una hectárea a una profundidad de 0.20 m y una densidad
aparente de 1.0 g cm-3 (1 000 kg m-3).
Gramos de biocarbón/planta =[DB/Ps] * 1 600 (2)
Donde:
DB es la dosis de biocarbón en kg;
Ps es la masa del suelo en kg a 20 cm y Da 1.0 g cm-3 y
1 600 es el número de plantas por hectárea.
El cálculo se basó en tres dosis de 12 000 kg ha-1, 37 000 kg ha-1 y 62 000 ha-1 de biocarbón de cacao para una población de 1 600 plantas/ha-1 (tabla2):
2.3 Preparación del biofermento + Trichoderma spp
En un tanque de 200 L se agregó la cuarta parte de agua para mezclar con 4 L de melaza. Asimismo, se añadieron 4 L de melaza, 1 kg de levadura de trigo y 1 kg de alfalfa, se mezcló bien para luego
aforar el tanque con agua limpia hasta 15 cm abajo del borde. Al final, se incorporaron 2 botellas de
120 g de arroz que contienen Trichoderma spp. Luego se tapó y se dejó fermentar durante 12 días.
La cepa de Trichoderma spp. Se obtuvo de una suspensión comercial de biofertilizante orgánico de
Trichoderma, a una concentración de 10*10 UFC (unidades formadoras de colonias).
2.3 Diseño del experimento
Para este estudio, se delimitó 2 ha de cultivo de banano en cada finca, donde se dividió en cuatro partes iguales (4 parcelas para el estudio). Se asignó tres tratamientos y un tratamiento
control. En cada parcela se seleccionó diez plantas (unidades experimentales) en fase juvenil de
1.1 a 1.3 m de altura, las cuales recibieron los tratamientos. En el caso de la FO, se complementó
con SiO
2 (dióxido de silicio) y en el de la FC, CO(NH2)2) (urea). Los tratamientos para las fincas
bananeras constan en la tabla 3:
Nota: FO1= finca orgánica; FC2= finca convencional.
Las variables que se midieron fueron número de hojas, altura (cm) y grosor del pseudotallo (cm). Estos parámetros se midieron al inicio del ensayo, entre el 14 al 20 de diciembre del 2019, y al final, entre el 15 al 30 de agosto del 2020. Para la cosecha (del 05 al 15 de septiembre de 2020) se tomaron en cuenta la masa del racimo (kg) y el número de manos por racimo cosechado.
2.5 Aplicación de biocarbón, biofermento y fertilizante en los tratamientos
La frecuencia de aplicación fue cada 6 semanas en todas las parcelas divididas a 6 aplicaciones, esto quiere decir que el ensayo tuvo una duración de 36 semanas. La aplicación del biofermento +Trichoderma spp. fue al drench 10 cm delante de la planta de sucesión en la superficie del suelo, y el biocarbón + fertilizantes fueron edáficas a 20 cm delante del hijo formando una media luna.
2.6 Proceso estadístico
El trabajo corresponde a un experimento con observaciones antes y después de aplicar las dosis para cada tratamiento en cada finca. Los valores obtenidos por tratamiento fueron sometidos a un análisis estadístico descriptivo (media, desviación estándar, valores mínimos y máximos). Asimismo, se utilizó un ANOVA de una vía y de comparación de medias a través de la prueba Duncan al 5 % de significación, para determinar las diferencias estadísticas entre los tres tratamientos con biocarbón y el control. También se calculó la prueba de Duncan al 5 % de significancia para los valores de diferencia de altura, grosor del pseudotallo y número de hojas. Los valores obtenidos se tomaron por triplicado y se tabularon en una hoja de cálculo para introducirlos en el software estadístico SPSS (2013).
Características químicas del biocarbón obtenido de la cáscara de cacao
En la tabla 4 se presenta un porcentaje de carbón del 37.59 % y valores extremos de 21.1 % a
45 %. La media del pH de 9.5 corresponde a un valor altamente alcalino, al igual que los valores
extremos (pH 9.2-9.7).
Efecto del biocarbón en el crecimiento de las plantas
En la tabla 5 consta el análisis descriptivo y la prueba de Duncan al 5 % de significancia de la
altura de las plantas tomadas tanto al inicio como al final del experimento.
En la FO no se obtuvo diferencia significativa (p>0.05) en la observación inicial. La variación de los valores mínimos y máximos entre los tratamientos fue no tan amplia como el rango
registrado en el T0 de 86 cm a 164 cm. La comparación numérica entre las medias indica una
variación entre los tratamientos muy estrecha (133.3 cm a 139.0 cm), mientras que en el T0 la
media inicial fue de 116.2 cm.
En la observación final, los tratamientos tampoco tuvieron diferencias significativas
(p>0.05), con una variación de la medida entre 195.4 cm (T0) a 217.8 cm (T1). Los valores mínimos y máximos de los tratamientos en la FO (165 cm-255 cm) se mantuvieron sobre el rango
del T0 (168 cm-250 cm).
En la FC tampoco se obtuvo diferencia significativa (p>0.05) en la observación inicial. Los
valores mínimos y máximos tuvieron un rango mayor con respecto al T0 (121 cm-187 cm) al
comparar con los registros del T1 (110 cm-185 cm) y del T3 (120 cm-195 cm). El valor más alto de
la media fue de 160.2 cm (T3), seguido de 147.5 cm (T1) y 147.8 cm (T2), y en el T0 de 144.8 cm.
En la observación final, los tratamientos sí mostraron diferencias significativas (p≤0.05) entre el
T3 con el mayor valor de 266.7 cm, seguido del T2 (239.8 cm), el T1 (235.3 cm) y el T0 (217.5 cm).
Los valores mínimos y máximos no se acortaron, por lo contrario, la variación se incrementó en
el T3 (de 222 cm a 322 cm).
Efecto del biocarbón en el grosor del pseudotallo
Los valores obtenidos del efecto del biocarbón en el grosor del pseudotallo se presentan en la
tabla 6.
En la FO, al iniciar el experimento, los tratamientos no mostraron diferencias significativas (p>0.05). Los valores iniciales de mínimo (18 cm-17 cm) y máximos (24 cm-26 cm) de los
tratamientos y del T0 fueron muy ajustados, y se presentaron de menor a mayor: 20.9 cm (T1),
21.2 cm (T3) y 21.6 cm (T2), mientras que 19.3 cm corresponden al T0. En la observación final se
obtuvo diferencias significativas (p≤0.05) entre los tratamientos y la parcela control. Los valores mínimos y máximos de los tratamientos se incrementaron al final del experimento en el orden de 40-43 cm y 47-51 cm, respectivamente, y donde el T0 obtuvo el menor rango 34-45 cm.Los incrementos en el grosor del pseudotallo fueron de 43.5 cm (T3), 44.2 cm (T2) y 45.1 cm
(T1). La parcela control (T0) fue la de menor crecimiento del grosor del pseudotallo con 40.0 cm.
En la FC no se obtuvo diferencia significativa (p>0.05) entre los tratamientos y la parcela
control al inicio del experimento. Los valores mínimos fueron iguales entre los T2, T3 y T0, y la
variación de los valores máximos fue de 28 cm (T0) a 33 cm (T3). El mayor registro de la media
fue 26.5 cm (T1), seguido de 26.4 cm (T3), 24.8 cm (T2) y 24.0 cm (T0). Al final del experimento,
se observaron diferencias significativas (p≤0.05) entre los valores más altos obtenidos en el
T3 (52.1 cm) y el T1 (51.7 cm) frente al T2 (49.8 cm) y al T0 (45.5 cm). El valor mínimo del T1 se
incrementó con respecto a la primera observación en el orden de 18 cm a 45 cm.
Nota: Las letras distintas indican diferencias significativas (p≤0.05).
FO = finca orgánica; FC = finca Convencional; T1 = tratamiento 1; T2 = tratamiento 2; T3 = tratamiento 3; T0 = control.
Efecto del biocarbón en la emisión foliar
En la tabla 7 se presenta el número de hojas observadas al inicio y final del experimento para
cada finca.
En la FO, en el análisis de varianza y en la prueba de Duncan, al inicio del trabajo, no se
encontraron diferencias significativas (p>0.05). La emisión foliar al iniciar el trabajo fue más
ajustada entre los tratamientos (5.6 a 5 hojas) y el T0 (5.4 hojas). El rango máximo fue entre 6
a 8 hojas. Al contrario de las anteriores mediciones de altura de planta, en esta variable al final
del trabajo se encontró diferencias significativas (p≤0.05) para los tratamientos y el control en
la FO. Los rangos de mínimo y máximo de hojas en la FO a la cosecha fueron de 9 (T0) a 11 (T2)
hojas y de 11 (T0) a 13 (T1 y T3) hojas, respectivamente.
En la FC (tabla 7), al iniciar el trabajo, los valores más altos de la media de los tratamientos
y la parcela control fueron muy ajustados; es decir, la variación se ubicó entre 6.1 hojas a 6.4
hojas, mientras que el rango máximo fue entre 8-9 hojas. En las parcelas de la FC no se obtuvo
diferencias significativas (p>0.05) en el número de hojas en la cosecha, que varió entre 9.1 (T2
y T0) a 10.1 (T3) hojas. El valor máximo fue de 13 hojas a la cosecha registrado en T2 y en la
parcela control.
Nota: Las letras distintas indican diferencias significativas (p≤0.05).
FO = finca orgánica; FC =finca convencional; T1 = tratamiento 1, T2 = tratamiento 2; T3 = tratamiento 3; T0 = control.
Efecto del biocarbón en la masa y el número de manos por racimos
En la figura 2 se muestra la masa del racimo cosechado de las plantas seleccionadas por cada
tratamiento.
La prueba de Duncan indicó diferencias significativas (p≤0.05) en la FO entre los tratamientos y el control, donde los pesos de mayor a menor fluctuaron de la siguiente manera:
23.7 kg (T3), 23.6 kg (T1) y 23.0 kg (T2) con respecto al control que alcanzó una media de 17.4 kg
(figura 2a).
En la FC también se obtuvo diferencia significativa (p≤0.05), y la diferencia numérica fue
muy superior a los valores de media obtenidos en la FO, como se aprecia en la figura 2b, donde
el mayor valor en T3 (28.1 kg); mientras que los otros tratamientos y la parcela control variaron
los pesos entre 15.2 kg (T2) y 13.1 kg (T0).
Nota: Las letras distintas indican diferencias significativas (p≤0.05).
Figura a: finca orgánica; Figura b: finca convencional.
El promedio de manos por racimo cosechado en las dos fincas fue diferente, como se observa en la figura 3a y 3b. Con la prueba de Duncan solo se determinó diferencias significativas (p≤0.05) en la FC, entre el T3 (6 manos) y el resto de tratamiento y la parcela control. Además, los valores obtenidos de las manos cosechadas por racimo en los tratamientos de la FO fueron muy homogéneos, con un rango entre 5.4 (T2) y 5.1 (T3). En ambas fincas, los valores del T0 fueron de 4.9 y 4.5 manos para la FO y la FC, respectivamente.
Nota: Las letras distintas indican diferencias significativas (p≤0.05).
Figura a: Finca orgánica; figura b: Finca convencional.
La comparación entre los tratamientos de los valores obtenidos por diferencia entre las
observaciones inicial y final de altura de planta, grosor del pseudotallo y número de hojas se
presentan en la figura 4.
En el crecimiento de las plantas se observan diferencias significativas (p≤0.05) que forman varios subconjuntos (figura 4a). El mayor valor se registró en el T3 (106.5 cm), seguido del
T2 y T3 con valores de 92.3 cm y 87.5 cm, respectivamente. Mientras que las diferencias en
39
altura en la FO de mayor a menor de los tratamientos fue de 81.9 cm (T1), 76.3 cm (T2) y 74.5 cm
(T3), mientras que el tratamiento control en la FC obtuvo el registro más bajo (72.7 cm) en todo
el trabajo.
En la figura 4b, los valores de grosor del pseudotallo fueron más homogéneos que las
diferencias en las alturas de las plantas, pero sí se obtuvo diferencias significativas (p≤0.05) en
esta variable. El valor más alto de grosor del pseudotallo se registró en la FC con 37.2 cm (T1),
seguido de 36.7 cm que se obtuvo en el T1 de la FO y el T2 de la FC. El tercer valor más alto fue en
34.7 cm que corresponde a T3 registrado en FC. La parcela control en FC fue el valor más bajo,
al obtener 31 cm de diferencia en el grosor del pseudotallo.
Nota: Las letras distintas indican diferencias significativas (p≤0,05).
Figura a: altura de planta; figura b: grosor del pseudotallo.
La cáscara de la mazorca de cacao y la temperatura que se utilizó para obtener el biocarbón
fueron las adecuadas. Los resultados revelaron que la aplicación del biocarbón de cáscara de
cacao en combinación con el biofermento + Trichoderma spp. y fertilizantes tiene un efecto
sobre el crecimiento vegetativo de las plantas de banano en comparación con el control en las
dos fincas. Estos resultados indican que el biocarbón de la cáscara de la mazorca del cacao
contiene los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo del banano.
En la FO, las dosis de 10 y 20 g de biocarbón fueron las que mejor desarrollo alcanzaron en
cuanto a las variables altura de planta y grosor de pseudotallo, mientras que las emisiones foliares en esta finca fueron favorecidas por una menor incidencia de la enfermedad sigatoka negra.
En la FC, el T3 conformado por dosis de 30 g mostró el mejor desarrollo, pero su mayor
fuste pudo incidir en las diferencias significativas entre los otros tratamientos, por tanto, se
sugiere la dosis de 10 y 20 g de biocarbón.
En las parcelas donde se hizo la investigación es recomendable hacer un seguimiento a
largo plazo para conocer los efectos negativos del biocarbón en cuanto al suelo y al crecimiento
de las plantaciones de banano.
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